Tan pronto como Su Lingan envió a Su Yu a casa, inmediatamente envió a sus hombres a investigar el paradero de Li Biao.

“Lo siento, ¿de acuerdo? ¿Puedes dejar de estar enojado ahora?” Su Yu trató de jugar lindo. Era la séptima vez que se disculpaba, pero su hermano permaneció impasible. Se sentó inmóvil en el sofá, mirándola. Ella entró en pánico, sin importar lo que dijera, él no se movía. «¿Por qué estás ignorando a tu hermanita más linda?» ella hizo un puchero, actuando enojada. Su Lingan se golpeó la cabeza y levantó la voz: “¿Entonces ahora eres mi hermanita más linda? ¿Alguna vez has pensado en cómo yo, tu hermano, me siento acerca de todo eso? ¡Cómo te atreves a mentirme! ¿Quién, fue Fu Yunian? Sabía que era un idiota. ¡Le mostraré el infierno!” Cuando Su Lingan se puso de pie y estaba listo para atravesar la puerta, Su Yu lo agarró del brazo, se sentó en el suelo y gimió. “¡Ya no eres un niño, Su Yu! ¡No funciona conmigo!” En ese momento, uno de sus subordinados lo llamó y le informó que habían localizado a Li Biao. Ordenó a su hermana que se quedara en casa y se dirigió al escondite de Li Biao con sus hombres. Cuando llegaron, Fu Yunian ya se había apoderado de Li Biao. «Qué coincidencia, Sr. Fu», murmuró Su Lingan. Fu Yunian se rió entre dientes, “En absoluto. No esperaba que te preocuparas tanto por Su Yu. Lo he entregado a la policía. Eres libre de irte ahora. Finalmente. Él volvió a él. Su Lingan no había sido tan amigable con él en ese entonces. Llevó a Li Biao a la comisaría, junto con las pruebas de su crimen, a pesar de que suplicaba clemencia. Por otro lado, la policía estaba encantada. Siendo el arresto del año, les ayudaría con su ascenso, seguro. Después de que el oficial Qi y algunos otros le agradecieran, se excusó. La evidencia se refería a los crímenes anteriores de Li Biao, excluyendo la transacción de Lin Sisi. Esos fueron más que suficientes para enviarlo a prisión de por vida. En cuanto a la prueba de él contratado como asesino a sueldo, Fu Yunian la trajo y se la entregó a Su Yu. “Es tuyo ahora, y depende de ti qué hacer con él.” Su Yu asintió. «Gracias.» Le sorprendió un poco que alguien fuerte y asertivo como él fuera considerado. Estaba desconcertada, pero sabía que no quería volver a tener nada que ver con él. Entonces, le envió un mensaje de texto a Lin Qingqing para que viniera a buscarla. Mientras esperaban, intercambiaron algunas palabras. Cuando vio a Lin Qingqing, corrió a su lado, apretando su mano contra la suya y se dio la vuelta. Fue hasta que estuvieron en su auto que Lin Qingqing se dio cuenta de que el hombre sentado frente a su amiga era Fu Yunian. “¿Qué demonios, Su Yu? ¿cada uno otra vez?» Lin Qingqing presionó el cuerno con enojo. Está aquí para entregar las pruebas. Voy a los tribunales a presentar una demanda contra Lin Sisi”, explicó Su Yu con calma. Cuando Lin Qingqing la miró confundida, le dio más contexto. Todo fue un shock, dejando a Lin Qingqing retorcido. Pisó el acelerador, dirigiéndose en dirección a la cancha. Por desgracia, lo que no habían notado era un Porsche siguiéndolos.